Desde su primera exposición individual en 1971, sus obras siguen despertando un enorme interés en el público ; bien conocidos en Europa, también se han exhibido en América y Japón.
Francine Van Hove retrata el universo de la mujer inspirada en el mundo del arte y la literatura, así como escenas de la vida cotidiana: la belleza, la elegancia, la sensualidad y un delicado erotismo encuentran expresión en sus obras .
La Tour, Ingres, Degas, la pintura flamenca y la del Renacimiento italiano son sus referentes.
A Francine Van Hove le encanta pintar modelos en vivo que se involucran casualmente en " propiedades " de placeres simples como la lectura o la pausa para el té .
Las mujeres jóvenes en poses muy naturales comunican la existencia de una sutil y exquisita línea divisoria entre lo ordinario y lo extraordinario. A menudo solos y en topless, a veces melancólicos, prohíben el acceso a su interioridad.
Los óleos de Francine Van Hove capturan la realidad de una manera precisa y refinada: el juego de luces, la perfección de los gestos, la riqueza de los detalles dan una armonía desarmante a las escenas representadas , que despiertan un sentimiento de asombro. Son escenas llenas de naturalidad y normalidad en un ambiente irreal y atemporal .
Una representación de la feminidad y la intimidad, la de Francine, que destaca por ese aura de misterio siempre preservada detrás de una aparente sencillez .
Las obras de Francine Van Hove se reproducen con mucha frecuencia en grabados o litografías y se utilizan para cubiertas de libros.
